CANTO
AL TRABAJADOR
(Iº.
de Mayo)
El trabajo
fiel sustento
el que al obrero sostiene,
pues el que labora obtiene
al trueque por su sudores,
la cantidad de valores
que un sistema estableció.
Es obrero el que vertió
sobre su golpe de azada,
la semilla venerada
que a todos nos alimenta
en esa tierra sedienta,
la que riega, con su sudor.
Nos calienta el leñador,
el maestro nos instruye,
y el albañil nos construye
nuestras cómodas moradas;
y nos deja maceradas
entre fogón y mortero,
las viandas el cocinero.
Hasta el puerto el pescador
nos trae el pescado mejor
cogido de bravas aguas,
y desde candentes fraguas
deja su arte el herrero,
sobre horno el panadero,
sobre campo los pastores,
sobre puerto estibadores,
en la mina los mineros,
en el fuego los bomberos,
y también esta la MUJER…
y artesano en su taller
sobre fanal el farolero,
sobre tren el fogonero.
Todos dejan sus saberes
de sus manos sus poderes,
y de su frente el sudor
y de su cuerpo el valor
va desgastando a diario,
¡Quizás por mísero salario!
Pero trabajo te honramos;
pues más poder no tenemos,
para poder subsistir
¡Que es, nuestro cuerpo rendir!
sin temor y sin pavura,
sobre yugo la moldura,
y sobre el tajo dolor;
para obtener el valor,
¡de trabajo, por salario!.
............
¿Qué sería de esta vida?
sin haber trabajadores,
¡no habría grandes señores!
ni herencias mal repartidas,
¡ni salarios por sudores!...
Ni parásitos sagaces
enganchados a las venas,
ni esas pesadas cadenas
con sus dolores tenaces.
Autor
Pablo Grados Tapia
De
mi libro: “EMIGRANTE”
(Poema
protegido)
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