martes, 20 de agosto de 2019

¡SÍ, YO SOY EMIGRANTE!

¡SÍ, YO SOY EMIGRANTE! 
(Octavillas)

Por ilusorias medidas...
Riquezas mal repartidas,
siempre en manos de unos pocos
que acaudalan como locos,
lo suyo y lo de demás;
con espíritu de avaros
y sentimientos tan raros
que solo quieren, más, más.

Siempre le toca al obrero
trasponer por el sendero,
del escarnio y la pobreza
inclinando la cabeza
para ganar un salario
a cambio de sus sudores;
¡Para que algunos señores
aumenten su pecuniario.

Es obrero, quien sostiene
del hacendado los bienes,
y obrero es el que engrandece
a la tierra que perece,
cuando le falta energía
pues con sus brazos de acero
el da el empujón certero
desde que el Sol, hace al día.

Más somos la flor mustiada
cuando al fin de una jornada,
sin andarse por atajos
te dice no hay más trabajo;
¡Aquí no vuelvas mañana!
Es un cambio de destino
el que te arroja al camino;
como podrida manzana.

Del camino yo fui, andante
aquel que abre el emigrante
buscando patrias ajenas,
cuando rompe las cadenas.
Y por sendas apenadas
camina mirando al cielo
y se quedan en el suelo,
sus lágrimas sepultadas.

Ya la marcha a lento paso
va camino del ocaso,
sobre un abismo sin fondo
no hay sentimiento más hondo
que el de tener que emigrar,
ni habrá dolor más profundo
que el de rodar por el mundo
sin encontrar tu lugar.

El nombre le pertenece
al que llorando estremece
cuando despide a su tierra,
pues el alma se destierra;
¡Quizás, para no volver!
Lleva la maleta llena
del sentimiento y la pena
lo que hiere a todo su ser.

¡Porque somos emigrantes
nos tildan de denigrantes!
hieren nuestro gentilicio;
¡Maldigo de lengua el vicio!
si me llaman forastero.
Todo emigrante bendice:
su nacencia, sus raíces;
su cultura y a sus fueros.

En la afrenta migratoria
rota se queda la historia
y los fueros familiares,
otras tierras y lugares
acogerán tu partida
ya inquietudes renovadas,
alegrara la apenada
ilusiones, mal herida.

Ya después de algunos años
de penas y desengaños,
queriendo vas el entorno
y piensas en el retorno,
sin camino de ida y vuelta;
ya son dos tierras amadas,
las que escuchan tus llamadas
¡De inevitables dos puertas!


Autor: Pablo Grados Tapia

¡Derechos de autor, protegidos!

(Este poema va dedicado a todas las personas que como yo,
tuvimos que dejar, atrás nuestra tierra, familia, raíces y
costumbres, para enfrentarnos a la fatídica emigración y,
buscar mejores condiciones de vida en otros lugares.)


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